“Una bici cuesta más que un equipo de golf y nadie piensa que es un deporte de pijos
- motorgolfyviajes
- 9 jun
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Hace cuatro años, Luis Nigorra, fue elegido para estar al frente de la Asociación Española de Campos de Golf (AECG) y esta semana ha revalidado su cargo en la asamblea que se ha celebrado esta semana en el Hotel Barceló Montecastillo Golf de Jerez de la Frontera (Cádiz). Esta organización sin ánimo de lucro agrupa a más de la mitad de las 400 instalaciones existentes en toda España, el 50% de ellas en Andalucía (especialmente la Costa del Sol).
PREGUNTA. ¿Cuáles son los principales retos a los que se enfrentan actualmente los campos de golf? ¿Por dónde van a ir sus prioridades en este segundo mandato?
RESPUESTA. Hay tres grandes retos. Uno primero que tengo cada vez más claro es la comunicación. Reconozco que somos un sector un poco endogámico. Nos conocemos entre nosotros, pero seguimos siendo un gran desconocido fuera para la sociedad en general. Y es verdad que los campos de golf somos un sector pequeño económicamente, pero tenemos una enorme capacidad de repartir riqueza. Cuando viene un turista de golf, de cada 10 euros que gasta, 9 lo hace fuera del campo: en hoteles, transporte, comida, comercio, etc. No hemos sido capaces de transmitir lo que aportamos y no se nos conoce.
-Luis Nigorra ha sido reelegido esta semana en Jerez presidente de la Asociación Española de Campos de Golf
P. Para el ideario colectivo, ¿el golf sigue siendo un deporte de pijos que además malgasta agua para tener sus campos perfectos?
R. Efectivamente, es lo que sigue pensando mucha gente. Para rebatirlo hace falta no solo tener el relato sino el dato, y eso requiere estudios que cuestan mucho dinero. Pero somos consciente de que hay que hacerlos. Por ejemplo, lo del agua. Estábamos con una sequía tremenda y se llegaba a decir que los campos de golf quitaban el agua a la población. Menos mal que encargamos un estudio con la Universidad de Cádiz, que demostró que el 70% de los campos de golf en España riegan con agua reciclada y el resto es con agua natural porque están en el Norte y les sobra agua. Pero eso ahora hay que contarlo una y otra vez para contrarrestar un bulo que sigue presente.
P. Pues parece aún más difícil quitarles el sambenito de “deporte de pijos”…
R. Cuando ves por la carretera a un grupo de ciclistas bien equipados no se te ocurre pensar “mira, un grupo de pijos”, ¿verdad? Pues si quieres podemos comparar cuánto cuesta cada deporte, porque mis palos de golf me cuestan 500 euros y me duran varios años. Y muchos de esos ciclistas aficionados se compran unas bicis que puede llegar a los 20.000 o 30.000 euros como si fueran profesionales. Pero a nadie se le ocurre acusarles de pijos y a nosotros sí. Eso podía ser cierto hace más de 50 o 60 años, cuando empezaban a construirse los primeros campos, pero después llegó el fenómeno Severiano Ballesteros y el gran trabajo que hizo la Federación Española de Golf fomentando este deporte por toda España. Y hoy no tiene sentido decir eso.
Una jornada del Estrella Damm N.A. Andalucía Masters en el Real Club de Golf Sotogrande, en San Roque (Cádiz) en una imagen de archivo. (EFE/ A.Carrasco Ragel)
P. ¿Sigue creciendo la afición? ¿Se nota el efecto Jon Rahm?
R. Sí, se ha conseguido que el golf sea un deporte muy practicado en España y de hecho estamos por encima de las 300.000 licencias. Si nos comparamos con Inglaterra, vamos unos 20 o 30 años por detrás porque allí hay más de 3 millones de licencias. Y si vamos por Alemania vamos unos 15 o 20 años por delante. Ahora mismo, quitando ciudades como Barcelona y Madrid, donde efectivamente hay un problema de acceso a los campos, el golf es bastante accesible en muchas autonomías porque se ha compaginado con el turismo. Tenemos una base de jugador local que se completa con el turista de golf. En mi tierra, en Baleares, se puede jugar al golf por 1.400 euros al año. Eso es casi lo mismo que pagas por algún que otro gimnasio.
-El sector mueve en España 16.500 millones de euros
P. ¿Hay margen de crecimiento?
R. Claro. La gente cada vez aprecia más un deporte como este al aire libre rodeado de naturaleza, y se siguen haciendo programas en los colegios para que lo conozcan desde niños o jóvenes. Pero es cierto que hay sitios con problemas. En Madrid, por ejemplo, cuando se le niega a alguien entrar a un club no es por un tema de clase social o económica, sino simplemente porque ya hay demasiada gente y los propios socios deciden que no se admite a nadie más.

P. Y a pesar de la demanda, el número de campos de golf sigue estancado en España. ¿Por qué?
R. Porque empresarialmente es un sector complicado. Para empezar hay un serio problema administrativo. Cuando quieres construir un campo de golf te piden muchísimos estudios medioambientales, muchos requerimientos, muchísimas cosas. Entonces, desde que se presenta un proyecto hasta que se hace en muchas autonomías pasan años, y hay algunas regiones que incluso tienen prohibido que se hagan campos de golf, como puede ser Baleares. Claro, porque es un reto comprar una finca y luego tardo diez años en construir el campo de golf. Pero es que, además, los campos deberían ser algo más rentables.
P. ¿A qué se refiere?
R. La realidad es que los números salen muy justos. Es decir, seguimos teniendo un 40% de campos que no son rentables. En España hay 20 o 30 grandes campos de golf muy famosos y que facturan más de 10 o 15 millones de euros, pero la mayoría son pymes. Redondeando, tenemos algo menos de 400 campos y en el 2023 facturamos unos 875 millones. Esto significa una facturación media de 2 millones por campo de golf que tiene que mantener estas instalaciones de 50 o 70 hectáreas y un personal adecuado. Dos millones de facturación es lo que hace el bar de la esquina.
P. ¿Y qué proponen para mejorar esa rentabilidad?
R. Son varias cosas. Lo principal que tenemos que conseguir es alargar la temporada de golf y conseguir que el turista se quede más días. Para eso hay que cuidar más que el entorno ofrezca otras experiencias, gastronomía, visita a bodegas, etc. Eso cada vez lo tienen más claro los pueblos, y también los alcaldes, que saben que el aficionado dedica la mañana a estar en el campo y la tarde noche a otra cosa. Y se van dando cuenta de que cuidamos el medio ambiente, y de que repartimos riqueza. Y lo segundo que necesitamos es un tratamiento fiscal algo mejor.
P. ¿Menos impuestos?
R. Pues hay dos cosas. Por una parte, tenemos que mejorar las valoraciones catastrales, porque nos hacen pagar un IBI en muchos sitios sumamente alto que no se corresponde con las valoraciones reales que tenían que tener los campos de golf. Y, por otra parte, tendríamos que tener conocimiento fiscal mejor en temas de IVA. El golf tiene una doble naturaleza: es un deporte y es una actividad turística. Como actividad turística debía ser como los hoteles o restaurantes, que cobran un 10% de IVA, mientras que nosotros tenemos un 21. Y luego como deporte creo que también debería tener el 10%, porque al final mientras más gente practica, más salud tiene la población y menos gasto tienes en sanidad.
P. ¿Es cierto que Portugal nos está adelantando?
R. Portugal lo está haciendo muy bien porque están dejando construir más campos con más libertad en muchos casos y en zonas muy bonitas. España tiene unos 400 campos y creo que teníamos un 24% cuota del turismo de golf a nivel mundial y en Portugal creo que tiene unos 90 campos y están ya 18%. O sea, que ellos realmente lo están planteando de una manera mucho más abierta que nosotros, mientras que aquí Podemos pedía el pasado año que se cerraran todos los campos de golf de Andalucía.
P. ¿Cuánto empleo genera el golf?
R. Nuestros campos emplean directamente a unas 10.161 personas. Pero si sumas todo lo que mueve son más de 132.000 trabajadores. Es que hay que volver a recordar que nuestros campos de golf solo facturan 875 millones de euros, pero el gasto de estos turistas es de 6.700 millones y el impacto en la economía es de 15.900 millones de euros, según un estudio realizado por IE University.
Información de: José Luís Losa (El Confidencial)
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